Recibir un masaje con piedras calientes y frías por igual puede traer los beneficios y placeres de combinar ambos. Además, masajear y alternar las piedras calientes y frías ayuda a cada célula del cuerpo a recibir más oxígeno y nutrientes y mueve la linfa, lo que fomenta una eliminación más efectiva de toxinas.

Los vasos sanguíneos subirán a la superficie y se dilatarán cuando se aplique la piedra caliente y luego los vasos se contraerán y moverán la sangre hacia los músculos del núcleo interno cuando se aplique el frío. La apertura y cierre de los vasos sanguíneos provoca una acción de bombeo dentro del sistema circulatorio que lleva más sangre a los pulmones y al corazón. Es prácticamente una gimnasia vascular para el cuerpo. Permite que el cuerpo logre el mismo nivel de relajación y rejuvenecimiento que ir a una sauna y saltar a la piscina, pero con el beneficio de un masaje incluido.

Beyoncé recibiendo un masaje con piedras volcánicas.

La combinación de las piedras calientes y frías es extremadamente relajante.

Efectos de las piedras calientes
Las piedras calientes penetran en los músculos y en las articulaciones otorgando una mejor movilidad. Además estimula la circulación sanguínea, oxigena la sangre, relaja el cuerpo y consigue un efecto sedante muy placentero para la persona que se realiza el masaje.

Efectos de las piedras frías
Las piedras frías se utilizan especialmente para la relajación de los músculos faciales. Tienen muy buenos efectos sobre las piernas cansadas, varicosas e inflamadas. “Después de cada sesión de masajes con las piedras se recupera la energía que cada chakra necesita para estar en perfecto equilibrio”.

En general estos son los grandes beneficios del masaje de piedras frías y calientes:

• Ayuda a mejorar el dolor crónico
• Desintoxica el cuerpo
• Ayuda a malestares de la espalda y el cuello
• Induce al relajamiento y reduce el estrés
• Tiene efectos similares de un masaje profundo en menos tiempo